
La finalidad enraizada en el desarrollo del espíritu se asocia con la construcción de semejanza con el “campo” (creador) lo cual surge cuando el ser humano domina su emoción dando vida al pensamiento que a su vez nos mueve a la acción la cual materializa la visión y nos transformamos de esta manera en creadores de nuestras propias experiencias.
Al coartar la emoción…en el instante en el cual inculcamos a las personas que el mostrar y expresar las emociones es un signo de debilidad, censuramos al creador formando esclavos obedientes y dependientes.
La pegunta es: ¿Por qué se nos han enseñado esto a lo largo de las generaciones?
Curso: Mecánica de las creencias
Rodrigo Oyarzun G
Tucoachescritor