El universo, dios, el todo es un complejo proceso de transformación continuo en el cual la nada inmutable se hace conciencia para experimentar en la experiencia.
Los antiguos maestros de la humanidad llamaban a este principio de muchas maneras, sin embargo existe uno que fue recibido con mayor fuerza por la conciencia primitiva que habita este mundo; el amor.
Sin embargo la densidad de nuestra actual existencia (como es usual) aplico un principio universal desde un grado de conciencia fragmentado donde solo fue posible apreciar una parte diminuta de la ley.
El amor es la energía que todo lo mueve, impulso primordial por medio del cual la nada rompió su inercia con el fin de crear experiencia. desde un punto de vista se podría decir que es una fuerza dual pero a la vez unificadora, defensa y ataque en uno ya que en si misma contiene la acción de crear y destruir, expansión y contracción, que llegado el momento correcto es integrado desde ciertos estados de conciencia.
Eso que la mente primitiva del tiempo y el espacio llama dios es también conocido como amor; ya que donde quiera que existan evidencias del cambio es debido a que el principio transformador conocido como amor a ejercido su acción.
Ahí donde encontramos destrucción por consecuencia hallaremos creación, experimentaremos el amor atestiguando de esta manera la existencia empírica de dios, ser superior unión consciente de la fragmentación impulsada por el amor, dicotomía divina que por el momento es difícil de asimilar en la mente material.
En este viernes de lectura comparto con ustedes uno de los escritos publicados en el libro; “Mas allá de los sentidos” -relatos del alma. Espero lo disfrutes, y desde ya te invito a visitar mi librería virtual donde podrás encontrar todos mis libros publicados.