Principio de poder: buscando sentido al hacer

La búsqueda del poder es el anhelo más primitivo del ser humano el cual es alimentado por el temeroso ego que a su vez es promovido por aquel instinto de supervivencia de aquel órgano que lucha por la existencia; el cerebro.

Desde que el hombre es hombre y la mujer es mujer hemos seguido a quienes ostentan el poder, buscadores de seguridad insaciables, externalizamos eso que desconocemos en nosotros debido al mito del ser inferior que aún nuestro subconsciente moviliza como patrón creador de experiencias y modelos sociales de subsistencia.

Esto ha sido gritado y proclamado por los despiertos de antaño: “El hombre más poderoso es aquel que es dueño de si mismo” ; “Conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses” ; “Hombres de poca fe hasta cuando tendré que estar entre vosotros y soportar vuestra pestilencia, no os comprendéis que todo esto que yo hago vosotros lo haréis en el instante en el cual os conozcáis”

La tragedia de la humanidad ha sido que la gran mayoría de aquellos que han encontrado y ejecutado el principio del poder han faltado en implementar una variable esencial que sustenta esta ley universal: no manejes un caudal para el cual no estas listo, prepárate antes de llegar al poder con el fin de ser digno de la responsabilidad que adquirirás contigo y con la colectividad.

Aquellos grandes lideres son esos que han sabido impartir el poder sin pasar a llevar a las diferencias que componen el cuerpo global, los tiranos en cambio han albergado intereses mezquinos de fragmentación que han engendrado odios y rebelión.

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